¿Tiene mi bebé un cólico del lactante?

cólico lactante

Se escucha, muy a menudo, hablar del cólico del lactante. De hecho, sois muchas las que creéis que vuestros bebés tienen un cólico porque al anochecer, incluso durante la noche, están más inquietos y lloran más.

Quiero dejar unas cosas claras respecto al cólico, para que os tranquilicéis.

Con frecuencia me encuentro personas que llaman “cólico” a todo tipo de llanto de un bebé. Esto nos lleva a dos equívocos:

– el primero, el “cólico” propiamente dicho en un adulto (por ejemplo cólico de riñón, cólico de vesícula) es un proceso infeccioso-inflamatorio y muy doloroso. Por eso, la utilización del mismo término, cólico,  nos puede hacer pensar, de base, que el bebé está pasando por un trance muy doloroso porque el cólico que sufre un adulto, realmente lo es.

– el segundo, tenemos tendencia a pensar que los niños amamantados lloran o porque tienen hambre (no vemos cuánto ha tomado) o porque algo les duele. Sin embargo, los bebés también lloran cuando tienen sueño, cuando los dejamos en la cuna (síndrome de la cuna con pinchos), cuando tienen frío, cuando tienen calor, si llevan el pañal sucio, si les aprieta una prenda, para que les cojamos en brazos… en definitiva, para expresar su disconfort o su necesidad. No tiene por qué ser un cólico…

Identifiquemos entonces qué le pasa a nuestro bebé:

Se llama “cólico del lactante” a los episodios de llanto intenso de una duración diaria total aproximada de 3h, durante al menos 3 días por semana, durante al menos 3 semanas seguidas. (la regla del 3, como habéis podido adivinar). El cólico suele darse con más frecuencia en bebés entre las tres semanas y los tres meses, y aún más en los bebés alimentados con biberón y leche de fórmula, y/o con horarios pautados.

Los bebés amamantados a demanda, si hay un buen agarre, un buen sellado boca-pezón, una buena transferencia de leche, por regla general, NO tienen cólico. Porque sus signos de hambre son reconocidos en cuanto empiezan y si es así no se alimentan ansiosos y no les entra aire en el estómago que les haga regurgitar ni estar molestos. Hacer que el bebé “aguante porque todavía no le toca” es, por tanto, una mala estrategia.

Coger al bebé en brazos en posición vertical o de ranita, o portearlo con un portabebés ergonómico (bandolera de anillas, fular, mochila ergonómica , a valorar en función de su edad), hace que el bebé esté mucho más tranquilo, por tanto menos ansioso, llore menos, coja menos aire… lo que hemos comentado anteriormente.

Si notamos que al bebé se le hincha la tripa, se le tensa, y que se alivia al eliminar los gases, podemos acudir a un profesional especializado para aprender a movilizarlos y facilitar su expulsión, lo que hará que se calme.

Aún así, un pequeño porcentaje de estos llantos pueden estar relacionados con reflujo fisiológico o patológico, intolerancias o alergias, en cuyo caso el bebé presentará otros signos (reflujo, estreñimiento, deposiciones explosivas o con sangre, escasa ganancia de peso, llanto constante e inconsolable…) y debe ser tratado por el pediatra.

De todas formas y para vuestra tranquilidad, las molestias asociadas al cólico del lactante (¡qué poco me gusta la palabra cólico!) son benignas y remiten de manera espontánea alrededor de los tres meses.

¿Qué puedes hacer entonces si tu bebé amamantado llora desconsoladamente, especialmente al anochecer?

1- Toma a tu bebé en brazos, en posición vertical entre tus pechos y a la altura de tus besos. Cálmale, bésale, abrázale. Con movimientos suaves y rítmicos, que tranquilicen al bebé y a ti también.
2- Comprueba si su pañal está limpio, si le aprieta el pañal o la ropa, si tiene sueño…
3- Cuando esté tranquilo, puedes hacerle un masaje como hemos comentado anteriormente.
4- Amamántale suavemente, comprueba que su agarre es correcto, sin chasquidos ni ruidos aparte de la deglución.
5- Y dale muuucha calma y paciencia

Por último, recuerda que tu bebé NO necesita tomar anisetes, ni infusiones de manzanilla, anís o hinojo, ni probióticos si es un bebé amamantado (tu leche ya se los aporta), ni medicamentos autoprescritos. En caso de que tu bebé padezca alguna patología asociada, el pediatra valorará si debe tomar alguna medicación específica.

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